Cuando Harry encontró a Sally [Cine]

¿Es posible que tu mejor amigo/amiga sea alguien del otro sexo? Sólo planteando la pregunta podríamos abrir un debate que no terminaría nunca, encontrando opiniones de todo tipo. Eso debió pensar Rob Reiner cuando en 1989 dirigió 'Cuando Harry encontró a Sally', una de las mejores comedias románticas de los últimos años, donde nos presentó a dos personajes tan cretinos y al mismo tiempo tan adorables como Harry y Sally. Asimismo nos demostró cómo debe fingirse un orgasmo. QuÉ tipo más amigable este Reiner.



¿De qué va?

Harry Burns (Billy Crystal) y Sally Albright (Meg Ryan) son dos estudiantes universitarios que se conocen cuando comparten coche en un viaje que les lleva de Chicago a Nueva York. Durante el trayecto, hablan sobre la amistad entre personas de diferente sexo, demostrando posiciones totalmente opuestas. Mientras Harry opina que la amistad entre un hombre y una mujer es imposible, Sally cree lo contrario. Durante los años siguientes, Harry y Sally vuelven a coincidir en varias ocasiones y su amistad pasa por diferentes fases, en las que su peculiar manera de ver las relaciones entre hombres y mujeres les marcará profundamente a ambos. 

La crítica

Harry y Sally están hechos el uno para el otro. Eso lo sabemos desde el primer momento en que les vemos, cuando nada más conocerse ya empiezan a discutir. Ella, toda pulcra y ordenada. Él, todo un gañán. 

Este pequeño resumen podría aplicarse a multitud de comedias románticas. Y es que dentro del género de la comedia romántica podríamos destacar el subgénero de "guerra de sexos", y en este apartado, 'Cuando Harry encontró a Sally' fue uno de sus mayores exponentes (con permiso de Michael Douglas y Kathleen Turner en 'La Guerra de los Rose'). A pesar que no nos explicaba nada nuevo, lo hacía de una forma algo diferente.



La película nos muestra las diferentes ocasiones en las que Harry y Sally coinciden en las calles de Nueva York. Parece inevitable que el destino les reúna cada cierto tiempo. Sea por compartir amigos comunes o por simple coincidencia casual, su relación va creciendo a medida que pasan los años. 

Lo que Rob Reiner nos ofrece, con una maestría ejemplar y una facilidad pasmosa, es un análisis de las relaciones entre un hombre y una mujer que están predestinados a enamorarse, aunque ellos se resistan. Los años, la amistad que surge entre ellos y la paciencia que tienen el uno con el otro (desde que se ven por primera vez hasta la declaración de amor final han pasado 12 años) son básicos para elaborar un engranaje emocional que funciona a las mil maravillas.

A eso hay que añadir la química indiscutible que desprenden Billy Crystal y Meg Ryan, ambos en el esplendor de sus carreras, mucho antes de caer víctimas del bótox, que por desgracia les ha convertido en unas caricaturas de si mismos. 



Su relación pasa por todas las fases imaginables: odio inicial, indiferencia después, llegando finalmente a una amistad incondicional que puede acabar desembocando en algo más. Algo que ninguno de los dos cree que llegará a ocurrir, a pesar de que a medida que pasan los años, sus pensamientos iniciales respecto a la amistad entre hombre y mujeres van variando. Si Harry opina que es imposible ser amigo de una mujer sin tener sexo de por medio, Sally le demostrará que eso no es cierto... aunque llegará un momento en que los hechos también le darán la razón a él.

'Cuando Harry encontró a Sally' es una comedia inteligente, con un guión que engancha desde el primer momento, obra de Nora Ephron, y en el que tiene un papel destacado la ciudad de Nueva York. El retrato de la ciudad que hace el film es fantástico, llevándonos por lugares míticos, lugares en los que parece imposible que Harry y Sally no se acaben enamorando. Siempre se ha dicho que Woody Allen ha sido el director que mejor ha aprovechado rodar en Nueva York. Tal vez Rob Reiner repasó algunos títulos de Allen antes de echarse a rodar por las calles neoyorquinas, porque la inspiración es evidente, e incluso uno puede imaginar perfectamente la película interpretada por el propio Woody Allen y Diane Keaton, como si de una versión dulcificada de 'Manhattan' se tratase.



Si al pensar en 'Instinto Básico' lo primero que recordamos es el cruce de piernas de Sharon Stone, al pensar en 'Cuando Harry encontró a Sally' es inevitable recordar a Meg Ryan simulando un orgasmo. Sin embargo, la escena no deja de ser un momento anecdótico dentro del film, un momento puntual. Si hay que quedarse con una escena en concreto, es la de la declaración final, una de las más memorables y románticas escenas de la historia del cine, que resume perfectamente el espíritu del film y de los personajes principales. Y es que Harry y Sally son unos cretinos... pero ya lo dice la canción que suena en ese momento tan especial: "It had to be you".


"Te quiero cuando tienes frío estando a 21º. 
Te quiero cuando tardas una hora para pedir un bocadillo. 
Adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco. 
Te quiero cuando después de pasar todo el día contigo mi ropa huele a tu perfume y quiero que seas tú la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches. 
Y eso no es porque esté solo ni tampoco porque sea Nochevieja. 
He venido aquí esta noche porque cuando te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, deseas que el resto de tu vida empiece lo antes posible".

Información de más
  • El personaje de Harry está basado en el propio Rob Reiner, que pasaba por una depresión después de haberse divorciado de su esposa. Por su parte, la guionista, Nora Ephron, dió al personaje de Sally aspectos de su propia personalidad.
  • La mujer que después de la escena del orgasmo de Meg Ryan pronuncia la famosa frase: "tomaré lo mismo que ella" es la madre del director.
  • La cafetería Katz's Delicatessen tiene un cartel encima de la mesa donde se rodó la escena que dice "Donde Harry econtró a Sally... esperamos que tengas/pidas lo que ella tuvo/pidió".

Nota final: 9

Carlos

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