Sitges 2013, Día 5: UN LADRILLO, DOS LADRILLOS, TRES LADRILLOS

Nos las prometíamos muy felices camino del Auditori, pensando en el programa que teníamos por delante: los nuevos films de 3 directores asiduos de Sitges, Nicolas Winding Refn, Ben Wheatley y Kyioshi Kurosawa.

A las puertas del Auditori, nuestra sorpresa es ver que gran parte de los que hacen cola para 'Only God Forgives' son jóvenes estudiantes provenientes probablemente de algún instituto cercano y que suspiran (ellas, en mayor número) por ver el nuevo film de Ryan Gosling. Una vez dentro de la sala y viendo a todas esas jóvenes impacientes, sólo deseamos que no se presente el mismísimo Gosling a presentar la película porque la avalancha de féminas sobre el escenario podría ser de auténtico espanto. 

Se apagan las luces y todos los presentes sonreímos recordando 'Drive' e imaginamos lo bien que lo vamos a pasar otra vez con Winding Refn, Gosling y el resto del reparto.
De pronto, aparece en pantalla el propio director, via Skype suponemos, presentándonos la película: "¡Hola Sitges! Siento no estar aquí con vosotros... bla bla bla... yo estoy de vacaciones en Italia con mi família... bla bla bla... espero que os guste mucho la película... bla bla bla... " El discurso habitual en estos casos, a pesar de la cara de ser antisocial que pone el propio Nicolas Winding Refn en el vídeo.

Aplausos, risas. Mira qué detallista el muchacho. Y empieza la proyección.


Estamos en Bangkok. Julian dirige un club de muay-tai junto a su hermano Billy, aunque en realidad todo es una tapadera para el negocio de tráfico de drogas que dirige su madre. Tras huir por las calles después de atacar a unas prostitutas, Billy acaba matando a otra prostituta, una joven de 16 años. Retenido por la policía, el padre de la joven acaba con su vida incitado por el jefe de la policía local, que posteriormente, acaba por cortarle un brazo a golpe de katana.

Poco después, llega la madre de Julian y Billy para repatriar el cuerpo de su primogénito y de paso, clamar venganza y exigirle a su otro hijo que se encargue de vengar a su hermano. 

A partir de este momento se desencadena una espiral de violencia en los que los crímenes y las actuaciones en un karaoke se irán encadenando paulatinamente. Si, lo habéis leido bien: actuaciones en un karaoke. Porque para el extraño jefe de policía no hay nada mejor que ir a cantarse unos temas después de haberse tomado la justicia por su mano.

Y en medio de todo esto tenemos a Ryan Gosling, en un papel que bien podría ser una especie de extensión del que interpretaba en 'Lars y una chica de verdad', un joven un tanto ausente, casi autista, con una extraña relación con su madre (excelente Kristin Scott-Thomas) y que se pierde en medio de tanta pretenciosidad.

Porque si, 'Only God Forgives' es pretenciosa. Brillante puesta en escena e imágenes rodadas con elegancia y estilo pero pretenciosa a mas no poder. Si al conjunto del film le quitásemos todos los diálogos y dejásemos la excelente BSO de Cliff Martinez, estaríamos delante de un documental/video-clip/performance excelente y realmente disfrutable, pero Winding Refn se empeña en hacernos creer que estamos delante de la obra de un genio. 
Y no, Nicolas... ya nos la colaste una vez, pero ésta vez no picamos.



Lo mejor: su puesta en escena, sus imágenes
Lo peor: que a Ryan Gosling no le den más hostias de las que recibe

Salimos del Auditori pensando en el gol por toda la escuadra que nos acaban de meter y una vez dada la vuelta al recinto, volvemos a entrar de nuevo en la sala dispuestos a sacarnos el mal sabor de boca con la japonesa 'Real', en la que una joven en coma puede comunicarse con su afligido novio gracias a una nueva tecnología, el sensing, que permite conectar el subconsciente de ambos, a pesar de que su uso pueda dejar alguna secuela, como la de ver "zombies filosóficos" (?) a tu alrededor.



Poco a poco empezamos a encajar las diferentes piezas del relato hasta que de golpe, la historia toma un camino totalmente diferente. Podemos decir que la película vuelve a comenzar de nuevo. Ese es uno de los problemas del film. Sin ese primer acto, el film funcionaría igual. Es totalmente prescindible. Lo que nos han querido vender como un giro de guión sorprendente se revela como un lastre que simplemente hace confundir al espectador.

En medio de todo esto, comics manga, un extraño niño empapado que aparece y desaparece, una isla y un dinosaurio. Y aburrimiento, mucho aburrimiento.

Lo mejor: su giro a lo 'Jurassic Park', quién sabe si para justificar hasta el último yen del presupuesto
Lo peor: los primeros 45 min., totalmente prescindibles 

Vamos, que salimos de nuevo del Auditori contentos, y a la espera de que la tercera sea la definitiva, la buena, la que nos vuelva a dejar ir para casa con la satisfacción de haber visto una buena película.

Las expectativas son máximas. Ben Wheatley ha dejado un muy buen recuerdo en Sitges con todas sus anteriores películas, sobretodo con 'Sightseers (Turistas)' presentada el año anterior.

Y ese es el mayor error. Entrar a ver 'A field in England' pensando en que vamos a ver una nueva película de Ben Wheatley. Porque no se qué le ha pasado al bueno de Ben éste último año pero su nuevo trabajo no tiene nada que ver su filmografía anterior.



Un grupo de soldados desertores de la Guerra Civil inglesa huyen campo a través hasta que se topan con un personaje que dice ser alquimista y que les promete que encontrarán un tesoro que está enterrado por aquellos lares. Pero la ingesta de unas setas alucinógenas hace que el delirio y la paranoia se apodere de todos ellos.

Estamos ante un ejercicio de estilo muy personal (y que ha provocado una estampida de público de la sala) que se inicia con un primer acto en el que prácticamente no entendemos qué está pasando, hasta que comprendemos que los actos que uno de los personajes realiza son exclusivamente para su propio beneficio. Es en ese punto cuando la película empieza a bascular entre el humor negro, la tragedia y el terror psicológico y cambia de registro para dejarnos un final pesimista y oscuro de la historia.

No lo dudéis: si sois gafapastas, hipsters y queréis ser los más modernillos del lugar, deberéis adoptar 'A field in England' como vuestra película de referencia.

Lo mejor: que esté rodada en blanco y negro le da al film una atmósfera especial
Lo peor: la sensación de tomadura de pelo

Carlos

1 comentario:

  1. Vaya sesión que nos TRAGAMOS. Corte de digestión máximo! Buen post, se nota que descarga tu ira contenida jajajaaj ^^

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